
Conocida por la mundialmente conocida obra Frankenstein o el moderno Prometeo (1818), Mary Shelley ha sido reconocida por su contribución a la literatura y su exploración de temas sociales, incluyendo el papel de la mujer en la sociedad. Aunque su obra más famosa, Frankenstein, se publicó inicialmente de forma anónima, con el tiempo su autoría y legado fueron plenamente reconocidos.
Mary nació el 30 de agosto de 1797. Originaria de Londres, Inglaterra tuvo como padres a dos personajes intelectuales importantes de la época, el filósofo William Godwin y Mary Wollstonecraft, una reconocida escritora, autora del libro Vindicación de los derechos de la mujer (1792), el cual es una de las obras más fundamentales de la literatura feminista. De ella heredó la responsabilidad social de reflejar las injusticias que existían en contra de la mujer, y se derivó mucho de su sentido social.
Trágicamente, la madre de Mary falleció a los pocos días después de haber dado a luz, por lo que Shelley nunca pudo conocer a su madre, y quedó al cuidado de su padre William. Él se encargó de cuidarla y educarla, y con el tiempo se convirtió en una mujer apasionada por la literatura. Cuando aún era joven, conoció al hombre que se convertiría en su esposo, Percy Shelley (de quien tomó el apellido más tarde). Percy era un poeta y filósofo inglés, reconocido como uno de los autores más importantes del movimiento romántico. Ambos se casaron en 1818, mismo año en que Mary escribió Frankenstein por primera vez, a sus dieciocho años. En 1818, la novela se publicó de forma anónima, y no fue hasta 1831, en una edición revisada, que Mary Shelley apareció como autora.
La pérdida de sus hijos y la muerte de Percy en 1822, al naufragar su velero en el mar Tirreno, no solo marcaron su vida privada, sino que también influyeron en los temas de duelo y resiliencia que exploró en obras posteriores, como El último hombre (1826), donde retrata un mundo devastado por una plaga.
La carrera literaria de Shelley es muy amplia, habiendo publicado varias novelas a lo largo de su vida. Frankenstein sigue siendo una de las novelas más influyentes de la literatura, considerada una de las primeras obras de ciencia ficción y un referente del género gótico. Frankenstein es más que una historia de ciencia ficción sobre la creación de vida; explora temas como la responsabilidad científica, el rechazo social y las consecuencias de desafiar los límites de la naturaleza.
Otra obra representativa del estilo literario de Mary Shelley es Falkner (1837). En esta novela, la protagonista, Elizabeth Raby, es adoptada por Rupert Falkner, un hombre marcado por su pasado y atormentado por la culpa. A lo largo de la historia, Elizabeth actúa como una figura moral y de redención, enfrentándose a los dilemas éticos derivados de las acciones de su tutor. Falkner explora temas como la moralidad, la redención y la influencia de la educación y el carácter en la formación de los individuos. Si bien no es una de las novelas más reconocidas de Shelley, refleja su interés en el desarrollo de personajes femeninos con agencia propia y en la posibilidad de que la compasión y la ética sean fuerzas transformadoras en la sociedad.
Mary Shelley falleció en 1851, pero su legado se mantiene como un pilar de la literatura universal. Más que una autora de ‘historias de terror’, fue una visionaria que interrogó los límites de la ciencia, el duelo y la identidad femenina. Su influencia se extiende a escritoras como Margaret Atwood y a movimientos como el ecofeminismo, que ven en Frankenstein una advertencia sobre la explotación de la naturaleza y los cuerpos. Hoy, en una era de avances tecnológicos acelerados, su obra sigue siendo un espejo incómodo y necesario.
Algunas de sus obras que puedes encontrar en la Biblioteca ITESO: